Carta a Pablo

Carta a Pablo

carta de un padre a un hijo

 

Querido hijo,

Al empezar estas líneas me asalta la emoción y la alegría, como no tengo ninguna duda de que los sueños se hacen realidad, quiero que sepas que tú eres un sueño hecho realidad. Para mí, y quiero compartir contigo lo que yo sueño despierto para ti. Ahí voy mi amor; no te olvides nunca de soñar, pero no seas un esclavo de tus sueños, piensa y no seas preso de tus pensamientos, recuerda que el triunfo y la derrota forman caras de la misma moneda. Cuando hagas daño a alguien y seas consciente de ello, pide perdón.

Si en algún momento de tu vida todo lo que has conseguido lo pierdes, vuelve a empezar sin mencionar siquiera nada de lo que has perdido.

Querido Pablo, ojalá puedas mantener en  tu camino por la vida, la mente equilibrada y la cabeza en armonía. Cuando todo se ponga difícil, que por encima de todos tengas confianza en ti, que no des la razón a nadie cuando tu sientas que no la tiene, pero que al decir tu verdad, tengas muy presente no hacer daño a nadie. Que nunca digas una mentira a nadie bajo ningún concepto, nunca entregues tu poder, ni a tus amigos ni a tus enemigos, y de ese modo ninguno de ellos podrá hacerte daño, se humilde en la vida con todo el mundo y en todas las circunstancias. No desaproveches ni un solo segundo de cada minuto de tu vida. Sé lo bastante fuerte para saber cuándo eres débil, nunca en ningún caso los momentos serán eternos, ni los buenos ni los malos.

 

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Por José Luis Capita (Empresario, patrono de Fundación Ananta y profesor de yoga en Sivananada).

código ético marketing

Mediapost Group se adhiere al Código Ético de Marketing

Código ético Marketing

Recientemente, Mediapost Group firmó la adhesión al Código Ético del Marketing. Esta unión nos reafirma como empresa responsable con la sociedad y concienciada acerca de las buenas prácticas en el campo del Marketing. La iniciativa surge del convencimiento de que el uso del buen marketing favorece a profesionales y empresas del sector por igual, reforzado todo ello por el compromiso de la Asociación Española de Marketing, cuyos principios generales universales son los siguientes:

  1. El respeto tanto a la legalidad vigente en el territorio en el que se enmarcan las normas de marketing realizadas, como a las normas y reglamentos de las plataformas o medios que utilicen para el desarrollo de las actividades.
  2. La promoción del valor compartido entre las organizaciones y sus stakeholders a través de sus productos, servicios y actividades.
  3. La contribución a una buena percepción del marketing y de sus sub-disciplinas, generando confianza a la sociedad en general y a los diversos stakeholders.
  4. La adopción en sus prácticas profesionales, por parte de los profesionales del marketing, de los siguientes valores éticos:
  • Responsabilidad.
  • Honestidad y veracidad.
  • Transparencia informativa.
  • Profesionalidad.

 

 

Memecracia libro

Memecracia, los virales que nos gobiernan

¿Por qué nos seducían los discursos de Steve Jobs? ¿De dónde salen los montajes del Cristo de Borja? ¿Por qué triunfó el Gangnam Style? ¿Cómo se eligieron los iconos del 15-M? ¿Cómo manipula Obama nuestras emociones?

Según Delia Rodríguez, autora del libro Memecracia, los virales que nos gobiernan, “Memecracia es el sistema en el que vivimos inmersos.Un mundo en el que internet ha multiplicado la información y los medios de comunicación tradicionales han fallado. Un lugar desconcertante en el que las ideas que logran captar la atención ciudadana y guiar su comportamiento no son las mejores, ni las más nobles, ni las más útiles, ni las más veraces; solo son las más contagiosos”.

Delia es periodista especializada en Internet, redactora jefe de Huffington Post y es la autora del blog Trending topics de El País.

Para más información sobre el libro, puedes hacer clic aquí.

Mindfulness

Mindfulness

MindfulnessEl antídoto para una vida de ruidos y prisas. Qué duda cabe que la sociedad tecnológica y de la información en la que vivimos nos ha traído grandes beneficios y ha mejorado nuestra calidad de vida en un sinfín de aspectos. Pero paradójicamente, también es cierto que se ha ido acrecentando el malestar emocional, la insatisfacción y muchos trastornos psicológicos. La ansiedad y el estrés, junto a la depresión, son las enfermedades “estrella” de nuestro tiempo. Tanto es así que la OMS estima que serán la segunda causa mundial de discapacidad para el año 2020.

Aunque por supuesto no es la única causa, mucho de este malestar tiene que ver con nuestro estilo de vida actual, caracterizado en buena medida por las prisas, la competitividad, el “resultado”, el consumo exasperado y la sobreexposición indiscriminada a la información. Nuestra cotidianidad está marcada por el correr, el hacer, las prisas y el ruido constantes… la sociedad nos exige un ritmo trepidante, en el que tenemos que dar respuesta a todo y ser eficientes…

Si a las ya de por si duras “exigencias del guión” le sumamos nuestra tendencia habitual de “estar en la cabeza” y “querer controlar” todo lo que nos ocurre (en el trabajo, la familia, con los amigos, etc.), tenemos el mejor caldo de cultivo para que surjan la frustración y la insatisfacción permanentes. Un malestar que, a su vez, intentamos calmar y controlar con más de lo mismo, con la misma receta ya sabida: más hacer y más control… Como si de un disco rayado se tratara, acabamos convirtiéndonos en el “hámster dentro de la rueda”, nos hacemos preso de nuestra propia cárcel de cristal. Entramos así en el automatismo, que impide que nos demos cuenta de todo lo que está en nuestras manos para poder evitar llegar a esa situación.

Una vez que vemos este círculo vicioso y queremos cambiarlo… ¿Qué podemos hacer en nuestro día a día para revertir esta tendencia?

Sin lugar a dudas, es fundamental cambiar nuestros hábitos y estilo de vida pero sobre todo, lo más básico es poder tomar conciencia de aquello que hago, cómo lo estoy haciendo y qué consecuencias está teniendo en mi vida. De esta forma podremos identificar aquello que nos dificulta y nos hace sufrir.

Poder pararnos unos instantes, dejarnos sentir y poner conciencia puede llegar a ser algo muy difícil si, como venimos diciendo, el ritmo de la vida y nuestra propia actividad mental nos llevan en la dirección opuesta: al incesante martilleo de nuestra actividad mental. Ahora bien, que sea difícil no significa que sea imposible y Mindfulness justamente nos ayuda a conseguirlo. ¿Qué es Mindfulness? ¿En qué consiste?

 

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Por Diego Albarracín (Responsable de Programación y Contenidos Formativos Centro Abierto)

Abrazarse desde el silencio

11-A-Blog-Ideas-Imprescindibles-post-abrazarse-vidaCaminamos muy rápido en la vida. Las presiones externas son cada vez más exigentes. Especialmente en tiempos revueltos. Sólo existe tiempo para la Acción.  

Vivimos en una comunicación constante con el exterior

Vale la pena observar cómo caminamos por la calle: constantemente enlazados en las nuevas tecnologías, a los seres que nos rodean. ¿Cuántos mensajes recibes o envías cada día? Llamadas, sms, emails, whatsapp, facebook, twitter… Vale la pena observarnos en el tren, en el autobús, cuando nos desplazamos caminando de un lugar a otro. Enlazados con el ruido externo en infinitos formatos, a través de no menos infinitos aparatos, cada vez más confortables, cada vez más rápidos y eficaces acelerando nuestra comunicación con el exterior. ¿Cuántos mecanismos que ni siquiera imaginamos tienen todavía que nacer? Seguro dejarán a nuestros actuales “enlazadores” en la prehistoria en tan solo unos pocos años. Puede que unos meses.

 

¿Somos capaces de cerrar el grifo de la comunicación durante 24 horas?, ¿Hemos intentado apagar ordenador, teléfono y similares 24 horas? Visualiza esta situación un instante…sólo un instante. Reconozcamos que, cuanto menos, esta visualización no es sencilla. ¿Te has preguntado por qué dedicas tan breves espacios para el silencio del cuerpo y de la mente?

 

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Por Gopala (Maestro de yoga, discípulo directo de Swami Vishnudevananda y poeta)

De sueños recuperados

En una sociedad que se encuentra dormida, deberíamos despertar aquello que ruge en nuestro interior.

Hace unos días quedé con un amigo de la facultad que estaba de visita en España. La crisis que nos asola hizo que hace un año y medio Darío dejase Madrid para buscar un hueco entre los periodistas de Chile. La búsqueda de una oportunidad, de progreso, de su profesión o, mejor dicho, de su sueño le dieron alas hasta ese país sudamericano que, según él, es el paraíso.

En la pequeña charla que tuvimos en una cafetería de Malasaña me hablaba de lo difícil que fue el viaje, la adaptación a un nuevo país, de las barreras burocráticas, del rechazo de algunos al inmigrante. Casi con lágrimas en los ojos me contaba cómo vivió los primeros meses y de cómo por su cabeza pasó la idea de volver a España y dejar así sus deseos de trabajar como periodista metidos en un cajón que no volvería a abrir. Y cuando pensó que todo estaba perdido, que era la hora de coger el avión de vuelta a nuestro país, llegó la oportunidad. La primera parte del sueño.

Comenzamos a hablar entonces de la sociedad dormida que nos rodea. Una sociedad a la que le da vergüenza enseñar los valores que le caracterizan, a la que parece que no le importa renunciar a sus sueños. Una sociedad que se ha olvidado de luchar. Recordaba entonces una conversación que tuve antes de acabar el año con uno de mis mejores amigos. Llevaba viendo a Rober mucho tiempo desmotivado, triste. Después de cinco años trabajando en una importante consultora, su vocación de escritor tenía que salir a flote.

– Vivo amargado, no sé que pinto ahí.

Llego al trabajo, enciendo el ordenador y tras ocho eternas horas salgo de la oficina con la sensación de haber perdido ocho horas de mi vida.

Su sueño siempre fue ser escritor. En la facultad siempre fantaseábamos con nuestras historias ficticias que cobraban vida entre cafés y partidas de mus. Creábamos personajes con tanto carácter y personalidad que eran capaces de ayudarnos con esas largas partidas de cartas en la cafetería de la universidad. Con auténtica pasión, hacíamos que esos personajes hablasen, bailasen, viajasen y que se enamorasen. Todos los días tenían nuevas historias que contar, casi nos fusionábamos con todos esos protagonistas de historias escritas por novatos, haciendo que nos conociesen como los bohemios (y locos) del edificio diez. Y nos encantaba. Después de muchas hojas llenas de frases y tachones ya no escribíamos historias. Escribíamos sueños.

– ¿Por qué no te tomas un tiempo para ti? Descansa la mente y, con lo que tienes ahorrado, tómate un tiempo y comienza a escribir de nuevo. Envía los escritos a revistas y editoriales. Puede que tu cansancio sea el aviso para que empieces de cero, para que empieces de nuevo…

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Por Elsa Moure.