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Mediapost Group colabora en el evento «¿Existen las familias inteligentes?»

Mediapost Group ha colaborado un año más en la difusión del evento “¿Qué es una familia inteligente?”, que se celebró el 8 de junio en Indautxu (Bilbao). La colaboración de Mediapost Group se centró en ayudar a difundir el evento mediante la colocación de carteles en puntos estratégicos.

En esta edición el ponente estrella fue Antonio Ortuño, psicólogo clínico y terapeuta familiar, que centró su intervención en una herramienta, que él mismo ha denominado “el semáforo inteligente”, que de una forma clara y sencilla ayuda a entender y resolver conflictos entre padres e hijos.

”¿Cómo hacer que mi hijo sea responsable? ¿Cómo puedo aprender a decir que no y poner límites? ¿Cómo puedo aprender a respetar las decisiones que toma mi hijo y no controlarle en exceso? ¿Cómo no desesperarme o perder el control?”.

“¿Existen las familias inteligentes? se celebró el lunes 8 de Junio en el Aula de cultura El Correo, en Salón el Carmen (Indautxu).

Un año más, Mediapost Group se siente orgulloso de colaborar en este evento que pretende ayudar a madres, padres, educadores y referentes familiares en su difícil tarea de acompañar a los niños y jóvenes en su camino hacia la madurez.

 

Más información:

www.accionfamiliareuskadi.org
www.familiasinteligentes.com

 

Cartel familias inteligentes en Bilbao

 

 

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Viajes Sanga, un ejemplo de solidaridad con Nepal

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A día de hoy Viajes Sanga lleva recaudados 15.200€ para ayudar al pueblo nepalí. La iniciativa se puso en marcha el pasado 26 de Abril, cuando Viajes Sanga decidió utilizar su experiencia y sus equipos logísticos presentes en Nepal para la organización de trekking y expediciones, para llevar ayuda al pueblo nepalí.

Esta cadena humana, que se inicia en sus clientes, y pasa por sus oficinas de Madrid y Kathmandú, ha alcanzado la zona más castigada por la devastación que dejó a su paso el terremoto. La punta de lanza de este equipo está siendo dirigida en Nepal por la guía y colaboradora Pasang Lhamu Sherpa Akita quien, desde el primer momento de la catástrofe y tras sobrevivir a la avalancha en el Everest, se volcó en cuerpo y alma en esta labor humanitaria. Pasang Lhamu Sherpa Akita puede iniciar este proyecto gracias a la ayuda de sus clientes y amigos, la de otros amigos extranjeros y algunas organizaciones nepalesas.

Esta es una crónica del viaje:

“Los primeros viajes de emergencia para llevar ayuda al distrito de Gorkha fueron en helicópteros. Fueron necesarios 5 viajes y contratar siete horas y media de vuelo, para transportar ayuda de primera necesidad a los pueblos de Laprak, Sama Goan, Bhandari Goan, Lho y Khani Goan. En total fueron repartidos 1950 kg de ayuda que incluían comida, tiendas de campaña y mantas.

A partir del día 11 de mayo se han utilizado camiones para acercarse lo máximo posible por carretera a la zona afectada. Desde la carretera fueron necesarios 200 porteadores para llevar la ayuda a las aldeas devastadas.

Hasta ahora, el equipo de Pasang Lhamu ha llegado a los  pueblos de Kabre, Dolalghat, Khadgabhanjyang, Manakamana, Madanpur, Dhuwakot, Kumpur, Lele y  Suspa-Kshemewati. Se han repartido 18.300 kg de arroz, 1.300 kg de lentejas, 1.430 litros de aceite, 570 kg de sal y 192 esterillas y materiales como tubos de cañería de pvc para restablecer las conducciones de agua potable allí donde habían desaparecido. Calculamos que la ayuda hasta ahora ha llegado a más de 2000 hogares.

Pasang Lhamu relata su experiencia de los últimos 4 días en Laprak (Gorkha):

“Ha sido una experiencia increíble, hemos conseguido distribuir comida, mantas y esterillas. También pudimos establecer campamentos para atender a los enfermos gracias al Dr. Lama Sonam Rinchen, Vuelvo a Laprak desde Kathmandú pasado mañana con medicinas y vitaminas para las 36 mujeres embarazadas que he conocido y que están a punto de dar a luz. Gracias por vuestra compasión. He escuchado tantas historias tristes de pérdidas…. Muchas gracias a todos los amigos de Viajes Sanga”.

 

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La Revolución del dinero

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La idea de una “revolución” suele ir asociada a un cambio violento y radical en las instituciones. Sin embargo, quizás la próxima revolución no necesite la violencia para ponerse en marcha y la tengamos muy a mano, exactamente al alcance del bolsillo. ¿Te has preguntado alguna vez por qué compras los productos que compras? ¿Y por qué compras siempre en los mismos establecimientos? El impacto que tiene el uso que hacemos del dinero nos convierte en seres muy poderosos y lo más paradójico es que la mayoría no somos conscientes. ¿Qué ocurriría, por ejemplo, si sólo comprásemos productos de empresas socialmente responsables? ¿Qué efectos tendría sobre el sistema económico si dejáramos de trabajar con bancos que han sido denunciados por malas prácticas? ¿O si no comprásemos productos a empresas que experimentan con animales?

El poder que tenemos los consumidores sobre las empresas es mucho mayor de lo que pensamos. Si todos cambiásemos nuestros hábitos de consumo, ahorro e inversión, removeríamos los cimientos del actual modelo económico. Hacer un uso responsable del dinero puede convertirse en un acto revolucionario que ponga fin a este colapso de la economía especulativa al que hemos llamado “crisis”. Las pequeñas decisiones, como comprar un refresco o abrir una cuenta corriente, podrían cambiar el mundo. En un escenario así el papel de la llamada banca ética puede ser determinante.

Las entidades bancarias éticas solo conceden créditos a empresas o particulares que fomenten la economía real, promuevan beneficios medioambientales y generen servicios que prioricen el comercio justo y la ayuda social.

Las personas deben poner el dinero donde estén sus valores. Los problemas del mundo son en el fondo el reflejo de nuestros propios problemas y contradicciones. No podemos esperar a que los gobiernos los solucionen, debemos ser nosotros quienes asumamos esa responsabilidad. Y un uso responsable y consciente de nuestro dinero puede ser el primer paso de una nueva revolución, pacífica y silenciosa, que transforme nuestro sistema económico en un sistema más justo y sostenible. Para ello es imprescindible cambiar el miedo, la codicia y las ansias de poder (motivaciones habituales en nuestra relación con el dinero) por cooperación, respeto y sed de justicia.

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No nos olvidamos de los afectados del terremoto de Nepal

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Durante el reciente encuentro “Entrenar los valores”, que celebramos con Toni Nadal como gran protagonista, Mediapost Group tuvo el honor de colaborar en la recaudación de fondos para ayudar a los damnificados del terrible terremoto que asoló Nepal el pasado 25 de abril.

A Cristina Bernat, Travel Advisor en Viajes y Expediciones SANGA, agencia que organiza viajes regularmente a Nepal, se le encogió el corazón cuando se enteró de la noticia del terremoto que asoló casi todo el país.

Rápidamente envió un SOS a su base de datos, en la que se encuentra Mediapost, y después de recibir su mensaje, le propusimos aprovechar nuestro encuentro con Toni Nadal para intentar recaudar recursos económicos que pudieran paliar el sufrimiento del pueblo nepalí.

Gracias a la generosidad de los asistentes al encuentro, se recaudaron en total 900€, que han sido inmediatamente remitidos, por cauces seguros, a Nepal.

Gracias, Cristina, por tu generosidad y tu incansable dedicación.

 

Web de Sanga: http://www.vsanga.com/pagina_principal.html

Éxito de asistencia para «entrenar los valores» con Toni Nadal

«No concibo una educación que no sea en valores». Con estas palabras Toni Nadal daba comienzo a una conferencia que entusiasmó a los más de 400 asistentes que llenaron la Sala Roja de los Teatros del Canal. Un «partido a 5 sets» donde el entrenador del ya mítico Rafael Nadal compartió su visión de la vida, el deporte, la educación, la sociedad, el marketing y la empresa.

Desde Ideas Imprescindibles, estrenamos un formato más participativo y dinámico. Para ello, contamos con la colaboración de 5 invitados excepcionales: Carmen Escudero (Gerente de la Universidad Europea), Víctor Conde (Director General Asociación de Marketing de España), Juan Carlos Andrade (Ex-tenista y comentarista deportivo), Enrique Sánchez de León (Director General de la Asociación para el Progreso de la Dirección) y Leo Farache (Director General Gestionando Hijos). Y todo ello moderado por Ignacio Pi, responsable global de Mediapost Group.

¿Qué valores forjan a un gran campeón? ¿Qué hace diferente y especial a Rafa? Cercanía y entusiasmo son valores omnipresentes durante la carrera del tenista manacorí. Toni siempre ha creído en la formación del carácter como pilar indispensable del deportista. La cultura del esfuerzo como base para lograr cualquier triunfo. Actitudes que Rafa contagia al público en cada partido y aplicables en cualquier ámbito de la vida. Porque tal vez el tenis sea solo pasar una pelota al otro lado de la red pero de cada punto ganado con esfuerzo aprendemos que no hay que rendirse nunca.
La humildad, la mejora constante y la modestia de Toni Nadal nos mostraron que no hay ninguna fórmula mágica para el éxito. El método es «entrenar los valores» con el trabajo diario. La ilusión debe ser nuestro motor primordial. Tal vez así consigamos «una sociedad más justa basada en el esfuerzo». La victoria a cualquier precio no vale. «Hay que ganar siempre con corrección, con fair play».

Conferencia completa:

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La otra vida

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Se quedó solo en la habitación del hospital. Eran poco más de las once de la noche, ya le habían dado de cenar y su mujer y sus hijos se acababan de marchar. Cada día lo acompañaban y le contaban sus vidas. Hoy he hecho esto, lo otro, aquello…

Repetían con parsimonia sus quehaceres diarios, con el afán de darle conversación, de que participara desde la distancia en sus logros y sus fracasos.

Él les notaba el cansancio en sus caras, en sus gestos. Sabía que lo pasaban mal, que sufrían por él y que de alguna manera a pesar del inmenso amor que le demostraban, estaba condicionando sus vidas. No podía hablar, no podía moverse, solo sentía.

Su mujer había adelgazado en el último año. Ella, que tenía esa clase especial que está al alcance de pocas personas, siempre con la apariencia perfecta, la palabra oportuna y la sonrisa en los labios, estaba últimamente muy desmejorada, aunque quisiera aparentar lo contrario. Las ojeras cada vez más acentuadas y sobre todo la tristeza en la mirada y en el alma, la delataban.

Sus hijos, chico y chica que parecían tener intercambiados los papeles. El mayor lo abrazaba todos los días y durante bastante rato le cogía la mano acariciándosela, intentando transmitirle a través de la piel cuánto lo necesitaba. La pequeña, adolescente todavía, se hacía la fuerte. Entraba en la habitación con un grito de ánimo: “Qué, papá ¿cómo estás hoy?, te veo mejor”, al tiempo que le daba un par de palmaditas cariñosas en el hombro. Él sabía que lo hacía sobre todo para ocultar la impotencia que sentía desde su juventud por no tener respuesta a la maldita pregunta, ¿Por qué a mi padre?

Cerró los ojos.

Sin darse cuenta comenzó a recordar partes de su vida. Se veía de niño subiendo a árboles que nunca había subido. Dando aquel beso robado a un primer amor que nunca lo fue, acabando aquel libro que sólo fue un proyecto. Viajaba, con su novia primero y mujer después, a lugares que siempre habían deseado, pero que nunca habían conocido.

Estaba con sus hijos, cambiándoles los pañales que nunca les había cambiado, jugando con ellos a juegos a los que nunca había jugado. Recuperaba todos y cada uno de esos minutos perdidos en la nada y los ocupaba con actividades de lo más diverso. Reía, lloraba, sentía con todas sus fuerzas, disfrutaba con todo aquello que nunca había hecho, sólo porque se decía a sí mismo, no, yo eso no sé hacerlo, o no puedo, o no quiero. Ahora sabía, quería, podía.

Se vio amándola a ella, su mujer, no porque la necesitara o fuera quien solucionara sus problemas domésticos, simplemente por amarla, por vivir juntos, días intensos de amor y respeto, no aburridos y monótonos como en la otra vida.

Pero sobre todo vio aquel día. El día del accidente. Se paró en el semáforo en rojo. No se lo pasó, como en la otra vida.

No estaba tumbado en la cama de un hospital inmóvil, sin poder articular palabra, queriendo y no pudiendo abrazar o besar a los suyos y sufriendo por ellos, por no poder decirles cuánto les quería. Y conoció a sus nietos y se vio mayor y feliz en su vejez, queriendo y querido, y…se vio morir en paz…

La enfermera de la Unidad de Vigilancia Intensiva entró en la habitación. Antes de apagarle la luz se fijó en su cara. “Si no fuera por el estado en el que se encuentra, diría que es un hombre feliz”, pensó.