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Alargascencia programada, la respuesta al hiperconsumismo

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Imagen extraída del Facebook de Repair Café International

La alargascencia programada es un movimiento social que lucha contra la llamada «obsolescencia programada», la programación del fin de vida útil de los productos que obliga a los consumidores a aumentar su frecuencia de consumo. La alargascencia programada es un neologismo acuñado por la ONG ecologista Amigos de la Tierra, que lo utilizó por primera vez en 2015 con motivo del lanzamiento de una campaña que se basaba sobre todo en la creación de un directorio de empresas que se dedicaban a reparar, a compartir, a alquilar o a intercambiar productos. El directorio de empresas impulsado por Amigos de la Tierra ha alcanzado actualmente las 1.000 empresas cuya actividad se centra en actividades como la reparación de artículos, la venta de segunda mano o el alquiler.

Desde entonces, el concepto de «alargascencia programada» se ha ido extendiendo por toda España, coincidiendo también con diversas corrientes sociales que combaten por todo el mundo el consumismo desaforado, que reivindican la ampliación del ciclo de vida de los productos que adquirimos y que fomentan el consumo colaborativo.

La alargascencia programada, un concepto en línea con el activismo ecologista mundial

La «alargascencia programada» se sitúa en línea con tendencias ecologistas como el anticonsumismo, el decrecimiento económico o el friganismo, que promueven una economía sostenible y respetuosa con los recursos naturales del planeta, a través de la reducción, la reutilización y el reciclaje de los productos de consumo. La «alargascencia programada» promueve la ampliación de la vida útil de los productos, sin caer en la tentación injustificada de cambiarlos precipitadamente, contribuyendo a ese círculo vicioso de comprar, usar pocas veces y tirar. Esa espiral perversa está poniendo en peligro los recursos naturales del planeta y está llevando a la humanidad a un destino impredecible.

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Imagen extraída del Facebook de Repair Café International

La «alargescencia programada», junto al resto de tendencias ecologistas que promueven un consumo consciente y responsable, sugieren numerosas alternativas a los consumidores para alargar la vida de los productos y para optimizar la utilización de los recursos naturales. Tendencias como el carsharing (alquilar coche por horas o días), el ridesharing (compartir trayectos) o el coworking (compartir oficina) se suman a numerosas iniciativas como el alquiler de bicicletas o patinetes urbanos. Además, cada vez son más numerosas las aplicaciones que promueven la venta de productos de segunda mano como wallapop, vibbo, letgo o chicfy.

Sin duda, unas veces por iniciativas ecologistas y otras por razones puramente prácticas, estamos asistiendo al nacimiento de una nueva economía más colaborativa, más social y más sostenible, donde las personas están practicando más que nunca la reutilización o el reciclaje, contribuyendo así a alargar la vida útil de los productos.

Repair cafés, lugares donde se reparan y recuperan objetos

Dentro de esta corriente anticonsumista y como respuesta al hábito de usar y tirar, en 2010 nació en Amsterdam la Repair Café Foundation. El objetivo de su impulsora, Martine Postma, es doble: por un lado, pretende recuperar la costumbre de reparar los aparatos estropeados en vez de tirarlos a la primera de cambio; y por otro, quiere fomentar la cohesión social entre vecinos con diferentes orígenes e intereses mediante la celebración de reuniones inspiradoras y divertidas. El alma de estos cafés suelen ser voluntarios de edad avanzada que dedican sus habilidades técnicas a arreglar gratuitamente aparatos a sus vecinos. Su recompensa reside en disfrutar recuperando para sus vecinos aparatos que pertenecieron a sus padres, mientras charlan animadamente tomándose un café.

Los Repair Cafés se han convertido ya en un movimiento a escala mundial. Desde Holanda, los Repair Cafés se han ido extendiendo por numerosas ciudades de Bélgica, Alemania, Francia, Reino Unido, Estados Unidos, India o Japón. En España, diez años después de la inauguración del primer Repair Café en Amsterdam, existen varios Repair Cafés, sobre todo en ciudades como Madrid y Barcelona. Uno de los más frecuentados es el Repair Café Madrid, ubicado en MediaLab Prado. Todos los sábados, entre las 18:00 y las 22:00 horas, se reúnen vecinos del barrio de Atocha para recuperar la reparación de aparatos estropeados en nuestra sociedad al tiempo que pasan un buen rato.

Los “knowmads”, los profesionales del siglo XXI

 

Los knowmads o «nómadas del conocimiento” constituyen un nuevo perfil de profesionales que parecen destinados a ocupar un papel decisivo en la sociedad del siglo XXI. “Knowmad” es un neologismo inglés que combina las palabras know (conocer) y nomad (nómada) y define a un nuevo grupo de profesionales que se caracterizan por ser innovadores, creativos y capaces de trabajar en cualquier lugar, dentro de cualquier equipo y en cualquier momento. Los knowmads son personas que utilizan sus conocimientos para resolver problemas en distintos contextos, en diferentes actividades y en cualquier lugar.

 

 

 

 

Los knowmads, la nueva generación de profesionales que decidirán el futuro del trabajo

Según las previsiones de Google, en el año 2020 casi todas las personas del planeta estarán conectadas a Internet. Llegado ese momento se producirá una transformación tan profunda que el mercado laboral cambiará de forma radical. Para responder a las necesidades que las empresas tendrán en los próximos años, ha surgido un nuevo modelo de profesionales cuyas habilidades les permitirán destacar en un mercado laboral dominado por la automatización, la inteligencia artificial y el Big Data.

El término “knowmad” fue acuñado por John Moravec, investigador estadounidense especializado en nuevas técnicas educativas. John Moravec es profesor en la Universidad de Minnesota, fundador de Education Futures LLC y ha colaborado con numerosas instituciones y universidades de todo el mundo, entre ellas, UNESCO o el Banco Mundial. El trabajo de Moravec se centra en el estudio de la convergencia de la globalización, la innovación tecnológica y los cambios sociales. A este nuevo escenario mundial, Moravec lo denomina “knowmad society” o “sociedad knowmada”.

 

 

Mientras en la sociedad industrial los trabajadores solían trabajar en un espacio físico fijo para desempeñar unas tareas muy concretas, en la era digital los trabajadores no están ligados a un espacio de trabajo ni a unas tareas específicas. Una de las habilidades de los knowmads reside precisamente en su capacidad para adaptarse en cualquier momento a cualquier espacio de trabajo con el objetivo de intercambiar información con otros profesionales, generando ideas, productos y servicios con una gran fluidez. Esta visión líquida del trabajo determinará sin duda cómo será nuestra forma de trabajar en los próximos años. El valor de los profesionales no se medirá por sus conocimientos, sino por su habilidad para conectar esos conocimientos con los conocimientos de otros profesionales y que estarán disponibles en otros contextos, otras disciplinas u otras ciudades.

 

 

“Aprender haciendo”, la nueva fórmula para formar a los trabajadores del futuro

Esta nueva forma de trabajar exigirá la implementación de un nuevo modelo educativo que enseñe a los profesionales del futuro a desarrollar una serie de competencias que potencien el trabajo el equipo, la creatividad o la asertividad. Colegios, institutos y universidades deberán esforzarse en adaptar sus temarios a las necesidades cambiantes de una sociedad en constante transformación. El objetivo de las instituciones educativas será a partir de ahora formar personas que se desenvuelvan con éxito en una sociedad líquida necesitada de profesionales creativos, innovadores, intuitivos y resolutivos, capaces de crear redes que conecten personas, ideas y organizaciones, y dispuestos a adaptarse a cualquier edad a cualquier nuevo contexto. La adquisición de conocimientos deberá ponerse al servicio de la flexibilidad mental. La curiosidad y la capacidad de desaprender serán rasgos esenciales de los profesionales del futuro. De nada valdrán las excusas para aferrarse de por vida a una batería de conocimientos porque caducarán en poco tiempo y deberán ser reemplazados por otros más actualizados. En el mercado laboral del siglo XXI la formación continua será algo tan habitual como ir a trabajar.

 

Ser knowmad es el pasaporte para trabajar en el siglo XXI

La máxima difusora del concepto “knowmad” en España es la periodista y consultora Raquel Roca. Su libro “Knowmads: los trabajadores del futuro” se ha convertido en una interesante guía para entender este fenómeno. Según Raquel Roca, los “nómadas del conocimiento” se desenvolverán con éxito en el mercado laboral del futuro gracias a su mentalidad flexible, fluida y adaptable. Según algunos defensores de este nuevo concepto, en el año 2020 el 45% de la fuerza laboral será “knowmad”. Raquel Roca pronostica que sólo sobrevivirán las empresas que sitúen a sus trabajadores en el centro de todo. La inseguridad deberá combatirse con flexibilidad y aprendizaje continuo, y la competencia sin control, con colaboración y trabajo en equipo. Es evidente que estamos viviendo una revolución en el mercado laboral que provocará grandes cambios. ¿Estamos preparados?

 

Unas aspiraciones universales de todos y para todos

 

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos por Naciones Unidas, cuyas siglas se identifican como ODS y que también son conocidos como Objetivos Mundiales, son un llamamiento universal a la adopción de medidas para conseguir unas aspiraciones universales; erradicar la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas podamos disfrutar de una sociedad en las que la paz y la prosperidad, sean los protagonistas. Son diecisiete objetivos que se basan en los logros de los Objetivos de Desarrollo del Milenio aunque incluyen nuevos ámbitos de actuación, como el cambio climático, la desigualdad económica, la innovación, la producción y el consumo sostenible, la paz y la justicia. Uno de los factores más relevantes, es que todos los Objetivos conllevan un espíritu de colaboración conjunta, con el fin de elegir las mejores opciones y mejorar así la vida de manera sostenible, tanto para el momento presente como para las generaciones futuras. Además proporcionan intereses y metas claves para su adopción por todos los países en conformidad con sus propias prioridades y los desafíos sociales y ambientales del mundo.

 

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible abordan las causas sociales fundamentales y nos unen en comunidad para lograr un verdadera transformación social en beneficio de las personas y el planeta

Es fundamental que tengamos presente que la consecución de los ODS requiere la colaboración de todos los agentes sociales; los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y los ciudadanos por igual para asegurar un mundo más justo y responsable.

Como individuos y sociedad hay algo que considero nos incentiva con gran intensidad a lo largo de toda nuestra vida y eso sin duda alguna, son los objetivos; tanto en forma de metas como identificados como retos y tanto a nivel personal como laboral, y por supuesto social. Pero lo que está claro, es que pese a la forma, el fondo de ese incentivo mental nos hace tener grandes dosis de ilusión, deseo, fortaleza y entusiasmo al mismo tiempo que incrementa notablemente nuestro esfuerzo, sacrificio y constancia, aptitudes clave para el desarrollo profesional y sobre todo personal. El eje central de estos Objetivos Mundiales es la salud, caracterizada en una vida digna acompañada de dos grandes pilares; la igualdad y la justicia social, siempre con vías a cubrir y mejorar las necesidades de las personas más necesitadas y desfavorecidas. Toda una llamada a la acción universal con el fin de establecer medidas de protección para el planeta, con el firme deseo de erradicar la pobreza, el hambre y conseguir esa realidad mundial deseada. También es muy necesario apoyar a los países en desarrollo a avanzar hacia modelos responsables de consumo, es esencial fomentar la concienciación consiguiendo garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles. Tener en cuenta que debemos lograr la gestión consciente y el uso eficiente de los recursos naturales. Por ello, el doceavo objetivo sobre producción y consumo responsable es de esencial importancia ya que el consumo de una gran proporción de la población mundial sigue siendo insuficiente para satisfacer incluso sus necesidades básicas. Por tanto, el camino debe apuntar a una economía que utilice los recursos de forma más equitativa, eficiente y justa.

 

 

El Comercio Justo es el camino, el rumbo y el horizonte para alcanzar el puerto de la producción justa y navegar por el mar del consumo responsable y sostenible

El Círculo del Comercio Justo engloba toda la cadena de producción en la que el consumo responsable es clave para contribuir a un mundo mejor y favorece el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, además de mejorar la calidad de vida y ayudarles a ser autosuficientes. Está demostrado que incidir en un consumo más consciente y una producción más sostenible reduce la pobreza y las desigualdades. Y desde Fairtrade abogamos por un sistema de comercio global que comparta los beneficios del comercio de manera más ética, justa y sostenible.

 

 

El movimiento del Comercio justo y en concreto las cooperativas productoras contribuyen también a la lucha contra la pobreza y la desigualdad, el empoderamiento de la mujer y la igualdad entre mujeres y hombres, la producción y el consumo responsables, a frenar el cambio climático y a la promoción de sociedades justas y democráticas. Además de garantizar unas condiciones laborales dignas y seguras para los productores, el pago de un salario adecuado y la no explotación laboral infantil. En Fairtrade somos muy conscientes de la gran necesidad de una igualdad real y de fomentar el empoderamiento de las mujeres en la sociedad y en el mundo, por ello luchamos por un Comercio Justo que incida de manera positiva en los objetivos referidos a la igualdad de género y en la reducción de desigualdades. Y poniendo todas nuestras fuerzas en los países atrapados en la pobreza ya que necesitan más ayuda del resto del mundo, por ello los ODS conllevan un favorable espíritu de colaboración y pragmatismo con el fin de mejorar la calidad de vida y van muy de la mano de los diez principios del Comercio Justo propugnados por la Organización Mundial Del Comercio Justo, conocida por su denominación en inglés, World Fairtrade Organization. Uno de los factores más eficientes y acertados es que los ODS están interrelacionados y son inclusivos con lo que se consigue una interacción global y total por parte de toda la sociedad convirtiéndola en una red de comunidades conectadas entre todas ellas y añadiendo un gran valor tanto de forma individual como sobre todo de forma conjunta. Y si hay algo interesante es que abordan las causas fundamentales y nos unen para lograr un cambio positivo en beneficio de todas las personas y el entorno. La gran propuesta mundial de los ODS nos brinda una única e increíble oportunidad para poner el mundo destino a un desarrollo justo, sostenible y hacer del planeta un mundo tan real como veraz, con unas aspiraciones universales de todos y para todos.

 

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Paula Mª Pérez Blanco
Responsable Comunicación Fairtrade Ibérica

@sellofairtrade | sellocomerciojusto.org | @paujournaliste | paujournaliste.com

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Apps que revitalizan la vida de los barrios

En plena era de la robótica y la inteligencia artificial, los barrios de las grandes ciudades parecen querer reivindicar un papel protagonista. Muchas personas quieren volver a relacionarse con sus vecinos, pasear, hacer amigos, comprar en los comercios del barrio o simplemente charlar un rato. Es la respuesta de los vecinos al aislamiento y la soledad a la que muchas veces condena la vida en las megaurbes. El movimiento vecinal parece estar movilizándose en busca de una identidad colectiva que recupere el calor del descansillo, las conversaciones de portal y los paseos por el parque.

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La soledad en las grandes ciudades, la enfermedad del siglo XXI

 

La soledad se está convirtiendo en una terrible plaga que azota la sociedad contemporánea. En España casi dos millones de ancianos viven solos, y numerosos estudios demuestran que los ancianos que viven solos presentan una peor salud y una mayor insatisfacción vital.

Sin embargo la soledad no sólo afecta a los ancianos, cada vez son más las personas de otras edades, incluso muy jóvenes, que padecen los efectos de esta epidemia contemporánea. Las jornadas laborales interminables, las enormes distancias y los múltiples compromisos nos aíslan de nuestros semejantes y dificultan las relaciones interpersonales. En las grandes ciudades muchos de nosotros no conocemos ni siquiera a nuestros vecinos. En plena era de la hiperconexión digital las personas con las que vivimos puerta con puerta suelen ser unos completos desconocidos. Cada vez son más frecuentes las noticias de ancianos que aparecen muertos en sus viviendas, completamente solos, días o incluso semanas después de su fallecimiento, presas del manto oscuro de la soledad y de la indiferencia de una sociedad cada vez más deshumanizada e insensible.

 

 

Casi un 20% de los españoles afirma sentirse solos

Sentirse solo es una sensación angustiosa. Todos necesitamos compartir nuestro tiempo con alguien, ser escuchados y sentir que importamos a alguien. En España se calcula que más de 4 millones y medio de personas se sienten solas de manera habitual, es decir, un 8% de la población total. Según datos del Ayuntamiento de Madrid, un 19,5% de los españoles viven solos, y de ellos el 40,5% afirman que lo hacen de forma no deseada. Casi el 10% de los españoles declaran que experimentan la sensación de soledad con mucha frecuencia. El riesgo de sentirse solos es a menudo mayor entre las mujeres, en las personas mayores de 65 años, en las personas de nacionalidad extranjera, en las personas que viven solas y en las personas que no tienen pareja, viudas o separadas. Son datos que sin duda nos deben preocupar y que nos alertan de la envergadura del problema que supone la soledad para millones de personas de todo el mundo, especialmente en las grandes ciudades.

 

Las grandes ciudades, un espacio de soledad para millones de personas

De los 7.000 millones de personas que habitamos el planeta, 450 millones viven en tan solo 28 ciudades, es decir, el 6,4% de la población mundial vive en estas megaurbes. Pero se calcula que para el año 2050 el porcentaje de la población que habitará en las grandes ciudades alcanzará el 66%. Entre esas megaurbes figuran entre otras, Tokio, Guangzhou, Shangai, Yakarta, México D.F., Delhi, Seúl, Karachi, Manila, Londres, Bombay, París, Lagos o Sao Paulo. Estas megaurbes superan en su mayoría los 20 millones de habitantes y en sus calles es prácticamente imposible encontrarse con un amigo, un familiar o un conocido. Pese a estar rodeados de miles de personas, y en plena era de Internet, muchos de sus habitantes suelen vivir aislados, inmersos en sus pensamientos, incomunicados, refugiados en sus móviles, sin relacionarse con otras personas durante días.

En Reino Unido, en 2016 la Comisión Jo Cox, que debe su nombre a una política laborista que fue asesinada por un ciudadano británico de 52 años perteneciente al grupo neo-nazi National Alliance que gritó «Britain First» mientras la mataba, publicó un Informe sobre la Soledad que alcanzó repercusión mundial. El llamado Informe Jo Cox reveló que la soledad está asociada a la depresión, la ansiedad y la demencia y a ciertas enfermedades cardiovasculares. Según el Informe, la soledad puede “tener las mismas consecuencias para la salud que fumar 15 cigarrillos al día”. Otro dato devastador concluye que en Reino Unido más de 200.000 personas mayores no suelen hablar con nadie durante períodos que superan un mes. A raíz de sus conclusiones, en enero de 2018 la primera ministra Theresa May anunció la creación de un organismo público que se dedicara a atajar el problema de la soledad – el llamado Ministerio de la Soledad -, un problema que afecta ya a más de 9 millones de personas en Reino Unido. Al frente de este organismo Theresa May situó a la joven política conservadora Tracey Crouch.

 

 

La soledad en las grandes ciudades, un problema que deben afrontar tanto instituciones públicas como privadas

El pasado diciembre, el Congreso de los Diputados de nuestro país aprobó una proposición de ley con el objetivo de concienciar a la sociedad sobre el impacto de la soledad crónica. Se trata de una mera declaración de intenciones, de un primer paso en un largo camino, pero algo es algo. Sin duda la soledad es un fenómeno complejo, que debe analizarse desde múltiples ángulos, pero en ningún caso la sociedad debe permanecer de brazos cruzados ante esta epidemia social. La soledad nos afecta a todos y todos debemos combatirla: organismos públicos, empresas, partidos políticos, ongs, sindicatos, asociaciones profesionales, ciudadanos, etc. Sin una estrategia coordinada será imposible acometer todas las acciones que son necesarias para acabar con esta lacra social. Los perfiles de las personas que afirman sentirse solas son muy variados. El aumento de los hogares unipersonales, el descenso de la natalidad, el desempleo, los nuevos modelos familiares, o la tendencia a mantener relaciones menos vinculantes está configurando una nueva sociedad donde la soledad ha encontrado un excelente caldo de cultivo y donde puede manifestarse a través de rostros inesperados. La sensación de soledad no entiende de sexo, edad o clase social, incluso hay casos de niños o adolescentes que padecen soledad crónica y severa, aunque el colectivo más castigado por esta epidemia social son los ancianos, que en muchos casos viven solos sus últimos años y mueren solos.

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María Ancochea: «Cuando elegimos permanecer en silencio estamos renunciando a controlar»

María Ancochea es Directora Académica de la Escuela Europea de Coaching de Madrid. La EEC, escuela líder en coaching, nació en 2003 con “el reto de impulsar la transformación de la sociedad ayudando a los líderes a conseguir sus objetivos”. Recogemos en este texto un fragmento de la entrevista que hemos grabado a María Ancochea y que puedes ver en el siguiente vídeo. Leer más