¿El fascismo es sexy?
¿Qué hizo que un cabo alemán bastante mediocre pusiera en la década de los cuarenta media Europa a sus pies al frente de un ejército de más de 9 millones de soldados? Esta pregunta se la han planteado desde hace décadas muchos historiadores y la respuesta no parece sencilla. La clave puede residir en la fuerza del relato que construyó Adolf Hitler para convencer y movilizar a un pueblo tan culto como el alemán hasta llevarlo al paroxismo para protagonizar uno de los episodios más nefastos y macabros de nuestra historia. ¿Pero qué había en ese relato que lo hizo irresistible?