Atrevernos

 

Mientras cuestionamos constantemente nuestras propias creencias, ¿por qué no debemos cuestionar también las de los diferentes expertos?

Es fácil sentirse (hasta) intimidado por personas con mucha experiencia y credenciales salvo que las coloquemos en el lugar que les corresponde ya que confiar demasiado en los expertos de este mundo puede ser realmente peligroso.

 

Mi experiencia vital es que muchas veces es mejor nuestra apuesta “irrazonable” y dejar de prestar atención a los expertos; averiguando por nosotros mismos que es lo que puede y no puede hacerse en la vida personal o en el campo profesional.
He escuchado y leído en varias ocasiones que los expertos en cualquier campo padecen la enfermedad del especialista; sus conocimientos, educación y experiencia pueden convertirse en desventajas. Las creencias rígidas y patrones de pensamiento inamovibles solidificados durante el tiempo no son infalibles en un mundo sumido en una constante incertidumbre.

Muchos expertos tienden a no apoyar como se debería a las personas que están intentando innovar. Presentan argumentos brillantes sobre los motivos por los que algo no va a funcionar y muy posiblemente convenzan a mucha gente porque llegan a ser sensacionales presentando argumentos brillantes. Pero quizá es que no reflexionan sobre los motivos por los que pueda funcionar. Demasiadas veces son motivos tan limitantes como la experiencia y la educación los que impiden ver una buena idea.

 

 

Los expertos prevén incontables predicciones basadas en sus vastos conocimientos cuando deberíamos tener en cuenta también nuestra intuición y nuestro carácter.
Hay una cita memorable de Robert Anson Heinlein, escritor estadounidense de ciencia ficción que reza: Escuche siempre a los expertos. Le dirán que no puede hacerse y por qué. ¡Luego hágalo!¨

Quizá más tarde (y quizá también sea tarde) nos sorprendamos al descubrir que los llamados expertos tenían muy poca idea de lo que estaban diciendo. Neguémonos a abandonar nuestras “ideas irrazonables” porque para muchos lo eran bajo el prisma de sus creencias limitantes y aprendamos a ignorar a cualquiera que nos diga que no deberíamos intentar algo atrevido porque todos nosotros, quizá con menos educación, experiencia y conocimiento, podremos acabar consiguiendo.
Olvidémonos de nuestras calificaciones y de nuestra poca experiencia y confiemos en nuestra intuición, resiliencia y empatía para que podamos abordar nuestros mayores objetivos y aspiraciones.

Es mucho más fácil de lo que parece.

Ignacio Pi Corrales
Responsable Global Mediapost