#Corecore: la revolución artística de TikTok

En una sociedad cada vez más inmediata e individualista, el interés por la filosofía y el arte reivindicativo parecía haberse disipado hasta desaparecer. Redes sociales caracterizadas por su interminable chorro de contenido como Twitter, Youtube y TikTok se han convertido en poderosos canales de marketing para las grandes marcas y han alterado nuestra manera de comunicarnos irreparablemente.

Sin embargo, de entre todo este contenido hueco ha surgido un rayo de sol, una tendencia con tintes revolucionaros y críticos cada vez más popular entre la Generación Z: el #corecore.

Corecore

Definiendo un género indefinible

Los movimientos artísticos siempre son retratos de la sociedad y la época a la que pertenecen. Son el medio con el que las generaciones comunican y plasman sus preocupaciones y sentimientos para la posteridad.

Nacido en TikTok y creado por la nueva generación de adultos, los Z, el corecore es una corriente artística principalmente plasmada en vídeos de TikTok tan compleja y variada como la época a la que pertenece.

La palabra “corecore” sirve como una especie de burla al concepto de “-core”, un sufijo inglés que se emplea para definir estilos estéticos muy específicos, como “gothcore” o “cottagecore”, y que se puede aplicar a la moda, la música, las aficiones y absolutamente todo lo demás. El término corecore busca ridiculizar esa necesidad de etiquetar cada aspecto de nuestras vidas y encajonarnos en una única corriente estética.

Los primeros vídeos de corecore estaban compuestos por fragmentos de otros vídeos o imágenes sin ningún hilo conductor y con un elemento de humor. Estos vídeos carecían de mensaje, precisamente en contraposición con los demás “core”, que representan estéticas perfectamente definidas y limitadas.

Pero, de pronto, corecore se transformó. Los collages en vídeo absurdos empezaron a cobrar sentido y agruparse de forma coherente. El mensaje de corecore tomó forma, inestable y maleable, pero consistente: el anticapitalismo.

Corecore

El punto de inflexión de la generación Z

El corecore se ha convertido en un reflejo de una generación indefinible, absurda y excesivamente individualista. Pero, a la vez, supone un puño sobre la mesa y una llamada de atención. Los generación Z o Gen-Z expresan a través del corecore su soledad endémica y las crecientes ideas anticapitalistas, anticonsumistas y ambientalistas de su generación.

Los vídeos de corecore más superficiales reúnen fragmentos de diferentes películas como Blade Runner o el Show de Truman y los mezclan con imágenes de catástrofes medioambientales, vídeos musicales sobre el amor y más contenido emotivo. El corecore más complejo combina breves fragmentos de podcasts con mensajes excesivamente capitalistas e individualistas, fragmentos de películas indie, imágenes de pobreza extrema y, por lo general, contenido más explícito y visceral.

El objetivo del corecore es apelar a lo más profundo de una generación que, hasta ahora, parecía carecer de profundidad. La necesidad de amar y ser amado, el cansancio crónico, la búsqueda del significado de la vida… Esos y muchos más son los mensajes que los vídeos de corecore intentan transmitir, con mayor o menor éxito.

Con el tiempo muchos piensan ya que el corecore ya ha dejado atrás su momento de esplendor y que la necesidad incesante de conseguir más likes ha triturado un movimiento artístico que buscaba todo lo contrario: burlarse del contenido con mensajes vacíos.

Corecore

Aún hay esperanza: el #hopecore

A pesar de tildarse en su origen de burla y más tarde de crítica social, el corecore ha derivado en un movimiento en ocasiones autocompasivo y egocéntrico. La mayoría de los vídeos se han convertido en exposiciones de una realidad deprimente y negra.

Sin embargo, del corecore original ha surgido una bifurcación opuesta a todo esto: el hopecore.

Como su propio nombre indica el “hopecore” (hope significa esperanza) es un movimiento artístico similar al corecore, pero con un mensaje mucho más positivo y esperanzador. Aunque comparten el objetivo de despertar a una generación dormida, el hopecore se distancia del pesimismo del corecore y aborda conceptos como el amor familiar, la amistad, la belleza de la naturaleza y la vida en comunidad.

A pesar de tratarse de un movimiento muy joven y, para muchos, excesivamente complejo, el corecore sirve para retratar la realidad de una generación sumergida en un mundo cada vez más individualista y consumista. A través del corecore, los jóvenes adultos de la generación Z demuestran su profundo entendimiento de la sociedad en la que viven y la necesidad de redirigirnos hacia un mundo más empático y comunitario.