¿Qué mundo le espera a un niño que ha nacido en 2021?
El cambio climático es una amenaza real para todos. Sus consecuencias alterarán considerablemente las condiciones de vida en el planeta y provocarán profundos cambios que afectarán en nuestra realidad diaria. Los niños de 2021 deberán desenvolverse en un entorno mucho más desfavorable del que ahora vivimos. ¿Quieres saber qué les depara el futuro?
Cómo será el mundo en 2040 debido al cambio climático
Las informaciones son cada vez más alarmantes. El Grupo intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (Ipcc) ha vuelto a alertar, en su último informe, sobre sus catastróficas consecuencias.
Si no actuamos ahora el calentamiento global se acelerará. En los próximos 20 años la temperatura aumentará 1,5 ºC. Un dato inicialmente previsto para 2050. Como consecuencia, los océanos van a crecer 2,5 veces más deprisa que en el siglo XX. Además, en los dos últimos millones de años nunca habían existido semejantes concentraciones de dióxido de carbono.
Las emisiones de aerosoles y combustibles fósiles generan el 30 % de este aumento mundial en las temperaturas. Según las conclusiones de Climate Action Tracker, en el año 2100 el calentamiento del planeta habrá aumentado entre 2,7 y 3,6 ºC.
El futuro que viene
El tsunami climático está en marcha. Mientras los adultos somos incapaces de evitarlo, nuestros bebés ya no nacen con un pan debajo del brazo. Lo hacen con una “caja de Pandora” que terminará abriéndose sola.
Según todas las previsiones, estos van a ser algunos de los efectos que nuestros niños sufrirán en el futuro como consecuencia de la situación actual:
- Olas de calor insufribles. A causa del calor recurrente, los incendios serán todavía más frecuentes. Ya está ocurriendo en California, Amazonas, Grecia, Turquía, Australia… y seguirá aumentando.
- Incremento del nivel del mar. Si se mantiene el calentamiento global actual, podría llegar a crecer entre 19 y 22 metros. ¿La consecuencia? Remodelación de las costas y aparición de nuevos litorales, inundaciones, desapariciones de islas y poblaciones costeras. Venecia, en Italia; Malé, en las islas Maldivas, San Petersburgo, en Rusia, o Tokio, en Japón, son algunas de las ciudades que podrían desaparecer antes de 2100.
- Climatología agresiva. La naturaleza reaccionará ante semejante panorama con fenómenos meteorológicos muy adversos. Serán más frecuentes y amenazadores los ciclones, los huracanes, los desbordamientos y otros sucesos semejantes. Tus hijos y tus nietos tendrán que prepararse para su llegada y tomar las medidas de protección necesarias.
- Extinción animal. Lo estamos viendo ya en muchos océanos cuyas especies faunísticas desaparecen por la falta de alimentos o la contaminación de los mares. Muchos animales que conocemos hoy se habrán extinguido en 2040, o bien habrán tenido que huir a otros hábitats para sobrevivir. Algunos intentarán adaptarse a entornos diferentes, a menudo habitados por humanos, quienes tendrán que enfrentarse también a este peligro. Ya está ocurriendo en muchas poblaciones, incluso en España, con la presencia de jabalíes, tratando de encontrar comida, en los cascos urbanos.
- Éxodos poblacionales. Actualmente, en torno al 60 % de los desplazamientos humanos se producen por factores relacionados con el medio ambiente. Algunas de las ciudades más habitadas sufrirán ajustes poblacionales importantes. Muchos de sus habitantes tendrán que dejar atrás sus casas para instalarse en otros enclaves. Bangkok, Shanghai o Hong Kong tienen muy presente esta amenaza. También las erupciones de volcanes influirán en este aspecto.
- Falta de recursos. Habrá carencias importantes de elementos tan importantes como el agua dulce. A consecuencia de ello, se producirán guerras devastadoras entre comunidades.
- Problemas respiratorios. La contaminación se convertirá en una amenaza permanente para la salud de nuestros descendientes. Si tienes hijos o nietos, asume que mucha gente sufrirá enfermedades respiratorias por su exposición a la contaminación ambiental. Es más, grandes cantidades de personas morirán demasiado jóvenes por culpa de sus efectos.
Las previsiones más pesimistas auguran la extinción de la raza humana en el año 2100. Aunque la tecnología puede ayudarnos a evitarlo, las perspectivas son estremecedoras si no actuamos cuanto antes frente al cambio de la climatología.
Consecuencias por regiones
Estas son algunas influencias directas que la situación actual generará en las distintas partes del mundo:
- Polos. Reducción de los glaciares e invasión de sus ecosistemas.
- Norteamérica. Olas de calor frecuentes, desaparición de bancos de nieve en las montañas y problemas con el agua.
- Latinoamérica. Extinción de especies tropicales, problemas de abastecimiento de agua y agricultura precaria.
- África. Pésimas condiciones hídricas, producción agrícola perjudicada y aumento de las tierras áridas.
- Europa. Crecidas de ríos e inundaciones costeras, desaparición de glaciares montañeses, carencia de agua, pérdida de biodiversidad y olas de calor.
- Asia. Inundaciones en áreas costeras, mortalidad alta por mala calidad del agua y escasez acuífera.
- Oceanía. Pérdida de biodiversidad, escasez de agua, incendios, sequía y aumento de tormentas devastadoras.
Los niños de 2021 lo tienen, por lo tanto, complicado. Pero, aunque la situación ya es dramática, debemos ser optimistas. Tenemos que actuar rápido y de forma global para que todos estos augurios se queden sólo en una amenaza. Estamos a tiempo. Y si las instituciones nacionales trabajan de forma coordinada podremos conservar nuestro maravilloso hogar, que no es otro que el planeta Tierra. Depende de nosotros. Es nuestra responsabilidad y no podemos fallar a las futuras generaciones.