¿Por qué las Fake News nos joden la vida?

En España, más de un 80% de la gente recibe noticias falsas cada semana, un 57% se cree alguna y en el mundo, el 63% cree que las personas ya no somos capaces de diferenciar las noticias reales de las falsas. Así que es muy probable que nos mole más la pregunta que encabeza el artículo que su respuesta porque si bien las noticias pueden ser falsas, sus consecuencias son reales. Desde la irrupción de la pandemia del coronavirus, más de un millar de personas han muerto en el mundo por creer en una noticia falsa acerca de posibles remedios curativos o preventivos. En Argentina, un niño de cinco años falleció después de que sus padres le dieran a ingerir dióxido de cloro contra el coronavirus.

Estas consecuencias reales no solo las sufriremos en el presente. También en el futuro veremos disputas sociales basadas en fake news que podrán en riesgo la salud de todos. ¿Qué pasará cuando la ciencia dé con una vacuna contra la Covid-19 y una o dos o tres de cada diez personas se nieguen a vacunarse porque han decidido creer en fake news contra su uso y están convencidas de que nos implantarán chips de control a través de ellas?

Las noticias falsas pueden parecernos graciosas e incluso sugerentes e inofensivas. Pero no son nada de todo esto. Las fake news existen porque obedecen a unas intenciones encaminadas a dominar y manipular nuestra mente y nuestra toma de decisiones. ‘¿Para qué lees las noticias, papá?’, me  cuestionaba el otro día mi hija de ocho años. Y es una muy buena pregunta. En realidad la información nos sirve para saber y comprender qué ocurre y tomar buenas decisiones al respecto. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando nuestras decisiones vienen marcadas por noticias que son falsas? ¿O cuando nuestra capacidad de discernir qué es real y falso está constantemente poniéndose a prueba y nunca estamos seguros de la veracidad de cada noticia? Lo realmente cierto es que en esta situación estamos jodidos.

Las fake news nos joden porque nos invaden, nos confunden y nos encierran en nuestros prejuicios. Sucede que en el siglo XXI, desde la irrupción de las redes sociales, tenemos más noticias que nunca pero esto no nos hace estar mejor informados sino mejor entretenidos. La invasión de la desinformación es tan evidente que el vaticinio realizado en 2018 por la consultora Gartner apuntando a que en 2022 la mitad de las noticias que leeremos serán falsas puede quedarse corto si no comprendemos que el actual ecosistema comunicativo favorece por igual la difusión de la verdad y la mentira informativa. Facebook, como red social líder en el mundo, abandera una política de alta permisividad a la propagación de fake news en nombre de nuestra libertad de expresión. Parece loable pero difundir noticias falsas no es defender la libertad de expresión, es atacar a la verdad.

Con la invasión de las fake news, las noticias han dejado de ser un instrumento para la difusión de conocimiento para convertirse en las puntas de lanza de narrativas emocionales que en lugar de enmarcar la realidad conforme a los hechos lo hacen de acuerdo a prejuicios y opiniones personales. Por eso nos joden la vida. Porque juegan con nosotros, con nuestra mente y con nuestras emociones y porque se usan como armapara librar batallas ideológicas que lejos de librarse en tribunas políticas, se disputan dentro de nosotros. Las fake news buscan hackearnos el corazón para, poco a poco, hackearnos también la razón. Y esto nos ocurre a todos porque, nos guste o no, somos las mentiras que nos creemos.

Marc Amorós
Periodista y creativo digital, autor del libro “¿Por qué las Fake News nos joden la vida?”