Tras caminar 31 Km llegamos a Viterbo, una ciudad muy grande

Rina sale a despedirnos y nos regala una especie de panetone riquísimo, de un kilo y nombre «colomba».
Carretera estrecha, con curvas y prácticamente plana. A la derecha el lago Bolsena que vamos bordeando y a la izquierda los montes y sus laderas que a veces caen en pendiente acusada sobre la carretera. Llueve mucho y no podemos parar para hacer alguna foto que, por otra parte, no sería nada significativa. Cerca de Montefiascone vuelven las curvas con subidas y bajadas y acaba desapareciendo el lago. Tras un descenso pronunciado llegamos a Montefiascone y detenemos la andadura para hacer algunas fotos. Luego pasamos por Zepponami y otro pueblo cuyo nombre no recuerdo. Vemos por vez primera en Italia un rebaño de ovejas. En el restaurante Fel Gas que hay en una gasolinera Gian Lucca nos da de comer y seguimos hacia Viterbo, una ciudad grande cuya tediosa y larga entrada recuerda a la de Burgos en el Camino de Santiago. Aquí, tras muchas intentonas nadie nos da hospitalidad y, muy cansados por los 31 kms recorridos nos metemos en el hotel Viterbo Inn por el módico precio de 30 € los dos tras explicar el viaje que realizamos.

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