¿Cuál es el origen de los términos “derecha” e “izquierda” en política?

¿Por qué cuando hablamos de política utilizamos los términos “derecha” e “izquierda” para definir dos ideologías diferentes? ¿Cuál es el origen de ese binomio? ¿Por qué la derecha se asocia con el conservadurismo y el fascismo, y la izquierda con el socialismo y el comunismo? 

Vista del interior del hemiciclo de la Asamblea Nacional de Francia, imágenes de septiembre de 2009.

Izquierda y derecha: dos opciones políticas históricamente enfrentadas

Para conocer el origen de las expresiones “izquierda”y “derecha” hay que remontarse a los preámbulos de la Revolución Francesa, en concreto, al 5 de mayo de 1789. Ese día el Rey Luis XVI presidía la asamblea de los Estados Generales, una reunión que agrupaba a representantes del Antiguo Régimen: el clero (el primer estado), la nobleza (el segundo estado) y los representantes de todas las ciudades que contaban con consistorio (el tercer estado). Las votaciones siempre se realizaban por el método del voto estamental, es decir cada uno de los tres estados emitía un voto grupal. Por eso, pese a que los tres estados contaban con un número de representantes similar, a la hora de la verdad, los votos del clero y la nobleza, que en la mayoría de los casos coincidían en sus ideas e intereses, imponían siempre sus decisiones. 

La Libertad guiando al pueblo, pintura de Eugène Delacroix, erróneamente asociada a la Revolución de 1789 pese a que corresponde a los sucesos revolucionarios de 1830Museo del Louvre, París

Unos meses antes de aquel 5 de mayo de 1789, exactamente el 27 de diciembre de 1788, el Consejo de Estado francés había decidido doblar el número de diputados del tercer estado, una decisión tan inesperada como sorprendente. En una maniobra que desconcertó al clero y la nobleza, los representantes de las ciudades – miembros de la burguesía y del pueblo – y conscientes ese día de su recién estrenada mayoría, solicitaron que el voto fuera individual y no estamental. Sus 578 representantes superaban a los 561 que sumaban los 291 del clero y los 270 de la nobleza. Es decir, si la votación fuera individual, contarían con mayoría absoluta. Sin embargo, al deber realizarse la votación por el sistema estamental, la petición fue denegada por dos a uno, con la aprobación del Rey Luis XVI. 

El Tercer Estado cargando al Primer y al Segundo Estado

En aquella histórica reunión, que presagiaba el aluvión de acontecimientos que iban a desencadenarse poco tiempo después, los representantes del clero y de la nobleza se sentaron a la derecha del presidente de la Asamblea, y los representantes de la burguesía y del pueblo llano se sentaron a su izquierda. 

A partir de aquella reunión de aquel 5 de mayo de 1789, los representantes del clero y la nobleza se empezaron a asociar al término “derecha” y los representantes de la burguesía y del pueblo llano se vincularon al término “izquierda”. Los primeros defendían la monarquía y la aristocracia, y los segundos la república y las libertades civiles, pero, al integrar a muchos comerciantes, también el capitalismo y el libre comercio, ideas que con el tiempo se traspasaron a la derecha. Aquella división espacial prosperó y se acabó convirtiendo también en una división conceptual, distinguiendo a la derecha, como los partidarios del poder establecido, los conservadores, y a la izquierda, como los defensores de los cambios y las reformas, los revolucionarios. Aunque la historia nos ha demostrado que esta división no siempre está muy clara. 

Mitin nazi en Berlín (1938)

La evolución de los términos “izquierda” y “derecha”

Con el paso de los años, los términos “izquierda” y “derecha” fueron evolucionando, absorbiendo nuevos matices ideológicos. Cuando la Revolución Francesa acabó con la monarquía absolutista y la sociedad estamental, el término “izquierda” empezó a designar a los sectores liberales más radicales, mientras que “derecha” se utilizaba para señalar a los sectores liberales más conservadores. En pocos años, nuevas ideas como el socialismo o el anarquismo fueron integrándose también en la izquierda, desbancando a los liberales radicales. En esa época surgió un rasgo característico de la izquierda: su heterogeneidad. Pese a compartir el deseo común de transformar la sociedad, las fuerzas aglutinadas en la izquierda suelen evidenciar desde entonces una endémica división.

Mitin de la Internacional Comunista en Moscú, 1927. El cartel reza: Lenin – Comintern – Dictadura del proletariado.

Los medios para provocar los cambios sociales difieren sensiblemente entre socialdemócratas, socialistas, comunistas o anarquistas. Esa división ha provocado históricamente cruentos enfrentamientos en el seno de la izquierda. Por ejemplo, en el siglo XIX, entre los marxistas y los socialistas utópicos, o entre los socialistas reformistas y los socialistas revolucionarios. Y más adelante, en el siglo XX, entre los socialistas y los comunistas, o más adelante, entre leninistas, troskistas, estalinistas o maoístas. Por su parte, la derecha se ha mantenido más homogénea con el paso del tiempo, organizándose sobre todo alrededor de valores asociados a la tradición, la religión y el orden.