Nomofobia: una fobia que nos afecta a todos

En las últimas dos décadas, los teléfonos móviles se han convertido en una herramienta esencial para la vida diaria. Forman parte de la socialización, el trabajo y el consumo. Sin embargo, esta herramienta tan útil ha generado para muchos una dependencia, una nomofobia. Y ¿qué ocurre cuando esto deriva en algo más grave?

Nomofobia

¿Qué es la nomofobia?

El término nomofobia surgió primero en inglés, nomophobia (No Mobile Phone Phobia) y representa el miedo a perder el teléfono móvil o la conexión telefónica. Hasta ahora se ha relacionado con otras condiciones psicológicas como la ansiedad social o el trastorno de pánico, y todavía no se considera una patología o trastorno del comportamiento. Los síntomas son similares a los de muchas fobias: ansiedad, taquicardia y problemas respiratorios. Cada vez es más común toparse con nomofóbicos o incluso detectar síntomas de esta fobia en nosotros mismos. Según un estudio de la firma de investigación y análisis británica YouGov de 2019, un 53% de la población que usaba un teléfono móvil padecía ansiedad si se quedaba sin batería o cobertura.

La nomofobia puede tener un impacto muy negativo en la vida diaria y en la salud, y no solo debido a los síntomas físicos. La dependencia de las redes sociales, especialmente en adolescentes y jóvenes, impide un desarrollo saludable de la socialización y puede causar una desconexión de la realidad.

Nomofobia

Cómo tratar la nomofobia

Dar el primer paso para abandonar un mal hábito siempre es intimidante, pero no tiene por qué tratarse de un cambio repentino. Es más, llevar a cabo un proceso gradual puede ser muy beneficioso. Debemos tener en cuenta que los teléfonos móviles forman parte de la vida diaria y que es prácticamente imposible no utilizarlos.

Uno de los principales problemas que surgen al desarrollar una adicción al teléfono móvil o nomofobia es la alteración del sueño. Usar el móvil en la cama y nada más despertarse es una práctica cada vez más común, pero debemos intentar evitarlo. Mirar el teléfono antes de dormir afecta a la calidad del sueño y derivará en una sensación de cansancio al levantarse. La práctica más sana es dejar el móvil en otra habitación y no usarlo al menos una hora antes de dormir.

Para perder el miedo a salir de casa sin el teléfono móvil, es recomendable acostumbrarse dando paseos o sacando al perro. Al principio, puede generarnos miedo e inseguridad, pero ayudará a perder el apego al móvil y potenciará la seguridad en uno mismo.

La nomofobia también se puede combatir con otros tipos de ocio. Aficiones como la lectura, la meditación o la escritura ayudan a ejercitar el cerebro y se pueden realizar sin conexión. Estas aficiones son una buena manera de aprender a pasar tiempo con nosotros mismos sin la distracción del teléfono móvil.

Una de las mejores soluciones es, también, sustituir el teléfono por los amigos. Dedicar tiempo a fortalecer relaciones es una práctica muy enriquecedora y que dejará al teléfono móvil en segundo plano.

Nomofobia

Comprender la situación y tomar medidas

A pesar de no tratarse de un trastorno o enfermedad diagnosticable, podemos identificar algunos de los síntomas de la nomofobia en la mayoría de los usuarios de teléfonos móviles.

La nomofobia es especialmente común entre jóvenes, sobre todo aquellos que han crecido con móviles y tablets a su alrededor. No comprenden una realidad en la que no exista el teléfono móvil y no saben vivir sin él, por lo que han desarrollado una dependencia endémica.

Pero no hay por qué alarmarse. Sentir pánico al no encontrar el teléfono móvil o sentirse inseguro al salir de casa sin él no significan que se padezca una nomofobia. Los teléfonos móviles cumplen una función muy importante en la sociedad actual y es normal sentirse desconectado sin ellos. Solo debemos preocuparnos si esto empieza a afectar a nuestra vida diaria.

El teléfono móvil es una gran herramienta que ofrece acceso al mundo entero y ayuda a mantener a la población conectada e informada. La solución no es rechazarlo, sino aprender a usarlo. Todo empieza por la motivación propia y las ganas de cambiar. Si crees que padeces nomofobia, lo mejor que puedes hacer es acudir a un especialista de salud mental para que te ayude a desarrollar un uso saludable del teléfono móvil.