Slowbalisation: la globalización a cámara lenta

Seguramente es la primera vez que oyes esta palabra. La slowbalisation define la desaceleración que está experimentando el comercio internacional. Aquella pujante globalización que empezó a configurar a principios de la década de 1990 un nuevo orden económico mundial está mostrando hoy signos de agotamiento. ¿Se trata de una simple ralentización o estamos ante el principio del fin de la era de la globalización?

Slowbalisation: la globalización a cámara lenta

Una forma diferente de entender el comercio internacional

La slowbalisation se basa en la idea de la deslocalización, es decir, después de varias décadas en las que las empresas habían decidido trasladar su producción a países del tercer mundo o en vías de desarrollo, ahora muchas compañías están volviendo a traer sus fábricas a sus países.

El inicio de la slowbalisation, término que acuñó la revista The Economist, se remonta a la guerra comercial iniciada por Donald Trump contra China con aquel famoso “America First”. Como consecuencia de aquella decisión, las inversiones a largo plazo se redujeron a la mitad sólo entre 2016 y 2019.

La segunda fecha clave para entender la slowbalisation se produjo con la pandemia por Covid-19, que causó largos retrasos en la cadena de suministro de bienes a nivel global y que produjo fuertes subidas de los precios de las materias primas y los transportes. La tasa de inflación en los países desarrollados llegó a alcanzar tasas no vistas en los últimos cuarenta años.

Ahora estamos viviendo una tercera fecha clave: la guerra de Ucrania. El impacto de este conflicto bélico en pleno corazón de Europa está provocando subidas de la energía de magnitudes que no se recuerdan desde la crisis del petróleo de 1973.

Y a estos tres sucesos sólo les separan cuatro años.

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Los efectos negativos de la globalización


El término “slowbalisation» surge de la unión de las palabras “slow” (lento) y “globalization” (globalización). Para algunos observadores esta nueva expresión pone el foco precisamente en los efectos negativos de la globalización y en la necesidad de ralentizar nuestro estilo de vida,  que nos está conduciendo inexorablemente al agotamiento de los recursos naturales, a una creciente desigualdad y a una contaminación desbordada.

La decisión de muchas empresas de trasladar su producción a países del tercer mundo o en vías de desarrollo, provocó la pérdida de millones de puestos de trabajo en los países occidentales. Este fenómeno conocido como deslocalización ahora está siendo cuestionado por muchos economistas, sobre todo tras la pandemia de Covid-19, que puso al descubierto graves carencias en nuestro sistema comercial a la hora de abastecernos de mascarillas o de algunos productos básicos.

Por otra parte, la pobreza en la que viven muchas personas en la zona sur del planeta las empuja a migrar hacia los países del norte – Europa, Estados Unidos y Canadá principalmente – en busca de una vida mejor. Las diferencias Norte-Sur se han acentuado notablemente en los últimos años.

Como consecuencia de todos estos fenómenos, cada vez son más las personas que asocian la globalización a conceptos negativos como crisis económica, desigualdad o desempleo.

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El descontento social puede ser un peligroso caldo de cultivo

El descontento social provocado por los efectos negativos de la globalización está siendo aprovechado en todos los países occidentales por opciones políticas ultraconservadoras que culpan a los inmigrantes de la falta de trabajo. El populismo y los nacionalismos radicales están levantando barreras que dificultan el libre comercio, las inversiones y la libre circulación de personas.

Este escenario está desorientando a muchos ciudadanos que se sienten atraídos por opciones políticas próximas al racismo. El auge de la extrema derecha en los países occidentales es un hecho demostrado y en algunos países incluso ya han llegado el gobierno.

Economia y globalizacion

La globalización retrocede. Es el momento de cambiar


¿En qué punto nos encontramos ahora mismo? ¿A dónde nos conduce el actual modelo económico? La revista «The Economist» revelaba en sus páginas la evidente pérdida de músculo de la globalización. Además, cabe destacar que ninguna tendencia económica puede mantenerse indefinidamente en el tiempo. La economía no es estática, se encuentra en movimiento permanente, por lo que las tendencias surgen, cumplen con su ciclo de vida y dan paso a otras. Una vez alcanzado el nivel de saturación, llega el momento del cambio.

Es muy posible que nos encontremos ahora en ese nivel de saturación de la globalización y de ahí que se haya ralentizado significativamente. Los factores que han contribuido a esa ralentización son diversos, pero sin duda destacan la antes mencionada deslocalización y la sustitución de lo local por lo internacional.

Una forma diferente de entender el comercio internacional

¿El principio de una nueva era?

Este cambio en nuestro sistema comercial tiene unas inmensas implicaciones económicas y un impacto directo en la forma de hacer negocios. Es cierto que aún nos queda un largo camino por recorrer, pero el hecho de que muchos hayan tomado conciencia de la inviabilidad del anterior modelo es un dato importante.

La slowbalisation nos está indicando sin duda un camino que probablemente nos lleve a un nuevo orden en el comercio internacional en el que la regionalización y la sostenibilidad están llamadas a jugar un papel protagonista.